Cerámica
Creación artesanal valenciana
El romance con la cerámica empezó hace mucho. Siempre había sentido atracción por lo manual, y el contacto con la arcilla me gustó mucho desde la facultad.
Las primeras clases donde asistí a un taller fue en el barrio ateniense de Marousi, donde viví un par de años y el cual contaba con una tradición cerámica muy antigua.
Nos apuntamos mi amiga Tatiana y yo, ella estuvo apenas tres meses, pues se mudó a la isla de Creta, y yo me quedé enganchada como una lapa dos años. Recuerdo el disgusto del señor Mixalis el día que abrió el horno y encontramos todas las piezas de dos meses calcinadas porque se estropeó el termostato, aun hoy guardo algunas de ellas con mucho cariño.
Durante unos años detuve esta actividad, no tenía posibilidad de asistir a ningún taller. Y hace un par de años surgió la oportunidad de asistir a las clases de la escuela de adultos de Requena y cocer allí las piezas. ¡Caí de lleno! Tanto me gustó y fue un complemento tan bueno para la tienda que como regalo de fin de curso, en casa, hicimos un viaje a Aranjuez y volvimos con un horno cerámico de segunda mano en el maletero.
Actualmente me quedan unas cosillas para finalizar mi propio estudio de cerámica casero y ya cuento con dos alumnas muy aventajadas.
Inspiración en el mar
«Gran parte de su imaginario gira en torno al mar, uno de sus temas favoritos. Al visitar a La Arponera nos sumergimos en un acuario donde peces de plata, medusas de latón y estrellas de cerámica nos regalan sus formas y colores»
Comentario de la exposición «Soñando el mar» realizada en el centro de Artesanía de la Comunidad Valenciana.
Inspiración en la flora
«Su obra resiste las exigencias que debemos aplicarle a toda obra artística, porque tiene entidad e identidad, provoca admiración y emoción y concilia innovación y tradición»
Comentario de la exposición “Íntima naturaleza” de José Antonio Sienra, profesor de Bellas Artes en la Universidad Politécnica